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Mapa del todavía

Si me vieras de costado, detenido,

notarías un ligero abultamiento

en la porción del pecho donde se guardan las ganas.

Está aquel espacio abarrotado

de no sé cuántas miradas perdidas,

cuántas robadas,

de algunas manos, de algunos manazos,

de kilómetros de acera, asfalto y trillo,

de kilos y kilos de hule para suela de zapatos,

del delicioso cansancio del esfuerzo físico,

y del físico esfuerzo por mantener un equilibrio…

Hay también algunas escaleras,

algunas botellas, algunos vasos,

centenares de noches dentro de una cajita,

clasificadas por lunas, por colores, por caricias,

por insomnios, somnolencias,

nochebuenas y perdidas,

noches para Eros junto a Tánatos,

y con similares criterios,

clasificados los días.

Pero la porción del pecho donde se guardan las ganas

también está llena de frutos sin semilla,

de sed por matarse a miradazos,

de hambre por morirse de caricias,

de envidia de una piel efervescente,

y el calor que despierte su codicia,

de una voz que me pida un “no te vayas”,

y del eco de mi voz como en poniente

que le mienta, que le dé un único engaño,

respondiéndole que hoy no tengo prisa…

Si me vieras de costado, detenido,

encontrarías tantas cosas

que robé de tus pupilas…

4 comentarios:

Unknown dijo...

Es curioso... pero aún recorro tu mapa del todavía tatuado en mi memoria.
Hay cosas que nunca se olvidan!!

Unodien

Amorexia. dijo...

Uno guarda tantas cosas que no dio en los lugares mas inescrupulosos, alguna vez guarde secretos, sonrisas y poesías cursis para alguién que finalmente se asusto al ver en mis ojos tantas caricias guardadas.
Excelente post. Ya hacían falta tus letras.

MALUCILLAYCAFÉ dijo...

el amor nos convierte en reflejo del amado.......un placer encontrar tus letras

Anónimo dijo...

De costado sólo se ve la mitad... De frente uno ofrece y esconde otras cosas