Panama City

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La ciudad de las luces se esconde entre selvas densas y despoblado. La capital más progre de todo el istmo se abre robandole espacio al mar para seguir creciendo. Hacia el mar y hacia el cielo. El abrazo de Panamá tiene calor de vientre materno, y por ello su gente fácilmente se hermana con vos, te mira a los ojos y sonríe amablemente, sin temores. ¿Por que el caribe le permite a la gente mirar a los ojos sin esconderse? Será que la sinceridad la trae la brisa desde las islas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Como Odiseo buscando el camino de regreso a Ítaca para estar con Penélope hermano, así es nuestra lucha, incaudicable, contra viento, marea y nuestros propios miedos.

Lo malo es que Hades siempre estará esperándonos al final del camino...aunque la verdad, lo de veras importante es que tan buenos fueron nuestros pasos.

Toca.