La cicuta muda

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Un silencio amargo y llano,
así, como las horas
y en las horas tu silencio
como muerto, palpitando
amargo, como el trago fermentado de la culpa
como muerto, como muerto...
sólo que a veces suspira
pálido, vasto.

No se sabe si es ausencia
o una esperanza perdida
o un puño mortal que se postra
y no hace nada.
que se cierra con las fuerzas de la carne,
que se cierra y se comprime,
y cuelga en la misma cuerda
en que cuelga su lucha.

Unos labios apretados
una gota indecisa y en brasas
equilibrándose en los párpados
un péndulo y agujas en tu mente;
el cansancio se hace ala
y el silencio sigue respirando
a veces,respirando